OJALÁ RASGASE EL CIELO Y BAJASE... (Is 63, 19)
Pero Dios ya rasgó el cielo y bajó, muchas veces, personalmente.
(Qué tendríamos que rasgar nosotros... para que entre dentro, no solo cerca).
Y mira que si después de repetir tantas veces: ¡Ven, Señor!...
viniese de verdad... derritiese los montes... trajese fuego a la tierra...
¿Habría encuentro? ¿Le anunciaríamos como Isaías?
¿Le abriríamos posibilidades como el Bautista?
¿comprometeríamos nuestra carne como María?
Así lo pedimos... así lo esperamos... así lo queremos.
Pues así le necesitamos... ¡De carne y hueso!
...Así compartimos con vosotros nuestro retiro de Adviento. Para personas que buscan... El primero de muchos en nuestra casa...
2 comentarios:
Que envidia!! Que rabia me da no haber podido ir, espero no perderme el próximo.
Te echamos de menos, no creas... Pero tranqui que el siguiente será aún mejor! Un abrazo
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