domingo, 18 de enero de 2015

Un LEMA para tu VIDA

Ayer fue un día especial para nosotras. En nuestra comunidad celebramos la fiesta de Mª Antonia París acogiendo a hermanas, amigos, laicos, consagrados y consagradas de otras Congregaciones, compañeros con los que colaboramos en las parroquias... para dar gracias por la persona de París, y porque ella sigue motivando e impulsando nuestra vida y misión.

La idea de celebrarlo de esta manera nos la dio ni más ni menos que el mismo Papa Francisco; en su Carta apostólica a todos los consagrados decía lo siguiente: "El año de la Vida Consagrada no solo afecta a las personas consagradas sino a toda la Iglesia. Me dirijo, pues, a todo el pueblo cristiano para que tome conciencia, cada vez más, del don de tantos consagrados y consagradas, herederos de grandes santos que han fraguado la historia del cristianismo (...) Invito, por tanto, a todas las comunidades cristianas a vivir este Año, ante todo, dando gracias al Señor y haciendo memoria reconocida de los dones recibidos, y que todavía recibimos, a través de la santidad de los fundadores y fundadoras, y de la fidelidad de tantos consagrados al propio carisma. Invito a todos a unirse en torno a las personas consagradas, a alegrarse con ellas..."

¡Y así quisimos hacerlo! Y nos sentimos muy agradecidas por lo vivido y compartido, porque juntos pudimos agradecer el don de Mª Antonia París en la Iglesia, porque recordamos sus palabras, porque nos acerca a la Palabra, e incluso nos inspira para poner UN LEMA A NUESTRA VIDA... personal, que Dios pone en cada uno, para que no quede en nosotros y se comparta. Sobre ese lema reflexionamos en la sencilla oración que tuvimos, y después todos le escribimos en el mantel de la mesa que también compartimos. ¡Todo bueno! Gracias porque nos sentimos 

UNA SOLA FAMILIA CON UN SOLO CORAZÓN

 
  




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