Del 1 al 3 de noviembre
participamos en el Cruzencuentro, que tuvo lugar en Barbastro con la familia
claretiana y chic@s de varios colegios de España, jóvenes de Portugal e Italia.
Nos hospedamos en el Monasterio de la Virgen del Pueyo.
Llegamos por la tarde
del día 1, después del momento de acogida, iniciamos un recorrido con varias
pruebas que nos condujo a centrarnos en el tema del encuentro. Después tuvimos
un tiempo para reflexionar sobre “diez cosas que queremos hacer antes de morir”,
lo compartimos y concluimos este espacio viendo un video sobre los mártires; nos dimos cuenta que eran
jóvenes como nosotros con los mismos sueños deseos parecidos a los nuestros.
Después de un breve
descanso, celebramos la Eucaristía en actitud de recogimiento y agradecimiento,
donde compartimos la experiencia de fe de cada uno de nosotros.
Terminamos el día con
la proyección de la película “Un Dios prohibido”.
El día 2 fue dedicado a
profundizar en la historia de los mártires de Barbastro. Por la mañana visitamos el museo y el lugar donde
estuvieron retenidos antes de morir. Para recoger lo que vimos tuvimos un
espacio de oración, a la luz de la Palabra y de la experiencia de los mártires.
Por la tarde en
silencio recorrimos a pie la ruta que hicieron los mártires para llegar a los
lugares del martirio. Acompañados de textos de algunos de los mártires de la
familia claretiana nos ayudaron a tomar
consciencia de cómo ellos mismos vivieron ese momento, con fe, esperanza y
gozo.
En seguida volvimos al
museo para celebrar la Eucaristía, en ella compartimos y nos comprometimos
desde lo que esta experiencia nos ha hecho surgir a cada un@ de nosotr@s.
Después de la Eucaristía tuvimos un momento de fiesta y volvimos al monasterio a
cenar.
Concluimos el encuentro
poniéndonos en manos de La Virgen del Pueyo, y en este momento de oración nos
entregaron una cruz hecha con el material de las urnas en las que fueron
puestos por primera vez los mártires, para recordarnos el compromiso que cada
un@ de nosotr@s pronunció en la
Eucaristía.
Han sido días de
recogimiento donde hemos podido profundizar el sentido de la vida, de nuestra
fe con “todos nuestros sentidos”. Ahora toca a cada uno de nosotros llevar a la
vida cotidiana la experiencia vivida.
Agradecemos a quienes han
hecho posible este encuentro ¡Hasta la próxima!
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