...LO VIEJO HA PASADO, LO NUEVO HA COMENZADO...
¿No sería una suerte que existiese un taller de restauración, de reparación... por donde pudiésemos pasar todos cada vez que algo se nos queda viejo? Volveríamos a salir nuevos, llenos de vida para seguir creciendo...
Algo así hemos vivido el pasado fin de semana, uniéndonos a la celebración de la prepascua en Pozuelo de Alarcón, con chavales de secundaria y bachillerato. Lo primero que llevamos al taller fueron las realidades injustas de nuestro mundo, para descubrir cómo hay personas que viven intentando darle la vuelta y recordando cómo lo hizo Jesús entregándose a sí mismo. Después fuimos cada uno de nosotros quienes pensamos en lo viejo y en los deseos de novedad de nuestra propia vida, experimentando también cómo Jesús mismo nos llama a restaurarlo siguiéndole. Sin embargo, seguirle nos lleva a ser testigos de su cruz. Cruz que adoramos... a la que además se unen las nuestras... Pero Él lo hace todo nuevo, y nuestra prepascua no acabó así, no acabó en muerte... Sino eligiendo LA VIDA.
Por eso, el sábado por la noche nos untamos la cara de colores recordando que somos cristianos, "ungidos", elegidos, enviados a una misión... y celebrando la eucaristía porque Jesús ha resucitado. Y es que Jesús vivo es una total novedad:
Creer en Él es esperar algo nuevo y ser capaces de verlo.
Dejamos que se renueve nuestra vida para así renovar el mundo.
Reconocemos que Jesús está vivo y eso nos llena de alegría.
Queremos ser "ungidos", enviados por Él a una misión.
¡Elegimos crecer con Jesús y como Jesús!
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