"Desde que asumí el ministerio Petrino, en el nombre del Señor he servido a su Iglesia, con la certeza de que es Él quien me ha guiado. Sé también que la barca de la Iglesia es suya, y que Él la conduce por medio de hombres. Mi corazón está colmado de gratitud porque nunca ha faltado a su Iglesia su luz. En este Año de la Fe invito a todos a renovar la firme confianza en Dios, con la seguridad de que Él no sostiene y nos ama, y así todos sientan la alegría de ser cristianos". (Benedicto XVI, última audiencia pública como Pontífice).
Gracias a Benedicto, por la sencillez y claridad de sus palabras. También creemos que "Dios sostiene y ama la barca de su Iglesia", y que en estos momentos en que la sede del Papa queda vacante seguirá haciéndolo.
Y nosotras, ahora especialmente, y fieles a nuestro carisma, seguimos "rogando a Dios por las necesidades de nuestra Iglesia".
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