Sin embargo el Prefacio en la Eucaristía nos habla de otro reino. En medio de nuestro mundo precisamente, a veces algo estropeado, su reino es el reino eterno y universal, el reino de la verdad y la vida, el reino de la santidad y la gracia, el reino de la justicia, el amor y la paz. Y este reino está ya en medio de nosotros.
¿Es este reino el que dejamos crecer? ¿Queremos apostar por él?
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