Ayer nos unimos a la eucaristía celebrada en la parroquia de San Valentín y san Casimiro, de Vicálvaro, y retransmitida por radio, con motivo del bicentenario del nacimiento de María Antonia París. Ha sido una alegría celebrar, cantar, compartir... con los parroquianos y hermanas.
Una forma de seguir preparándonos para el triduo, de compartir el deseo de ser nuevas en la práctica, de recordar e intentar parecernos a M. París, de acercar su ejemplo a más personas...
¡Y celebrar su vida y su espíritu! ¡Que continúe vivo en nosotras!
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